Fotografía de Willy Ronis
Mamá era una mujer muy bella,
todavía lo es, pero de joven resplandecía, era alta y delgada, de piel lisa y olorosa . No le gustaba maquillarse,, tampoco le hacía falta. En las tardes de
verano íbamos a visitar a mis abuelos, los padres de mi madre. La casa se
encontraba algo alejada de la nuestra, era una casa bonita y acogedora, con paredes
blancas y techos muy altos, cubiertos de vigas de madera barnizadas .En las ventanas
había macetas con geranios rojos y
blancos que colgaban en cascada, también tenía un patio grande, a la derecha estaba el corral en el que había
distintos animales. A mi abuela le gustaba madrugar, cuando me quedaba a dormir en su casa también me despertaba a mi para que la acompañase al gallinero y recoger
los huevos que habían puesto las
gallinas, para mi era toda una aventura. En el centro del patio había un árbol enorme,
creo (aunque no estoy muy segura) que era un nogal.
De las paredes del salón colgaban fotografías enmarcadas de la familia, a mi abuelo le gustaba escuchar
la radio sobre todo la novela de la tarde y“ el
parte” por la noche. Era una radio grande que mi abuela adornaba con un pañito que
ella misma había tejido a ganchillo. Mi abuelo estuvo en la carcel por ser rojo. Yo no sabía lo que significaba ser "rojo", tampoco entendía el motivo por el que alguna vez, al comentar sobre política hablaban en voz baja.
En las noches de verano, después de
cenar los mayores salían a la calle, cada uno llevaba su silla, se sentaban a tomar el fresco y
charlar, nosotros, los niños jugábamos hasta altas horas de la noche. El perfume de las
lilas invadía el aire...
Yo también tuve una casa donde mi abuela compartía con nosotros sus famosos dulces con azúcar, pestiños se llaman ; mis refrescos preferidos eran los que me hacia ella a base de agua, limon exprimido y azúcar. También teníamos un patio donde jugábamos sin cesar mis hermanos y yo, también recuerdo que en esa casa tuve mi primer percance serio, mi tía me regalo por mi cumpleaños un bote de colonia Nenuco , de la alegría que me dio , caí al suelo desde una silla y tuvieron que llevarme corriendo e lo que antes se llamaba Casa del Socorro, que eran realmente los antiguos dispensarios médicos. Si, me acuerdo de aquellos momentos felices ,momentos pasados , pero presentes gracias a nuestra capacidad de recordar , y por supuesto gracias también a personas como tu, que nos hacen sentir de nuevo esos entrañables momentos. Lo que no supe hasta mas tarde fue porque mi abuelo faltaba en esos momentos. También era "rojo" , tampoco yo supe lo que significaba esa palabra, tampoco ella lo sabia , aun hoy en día no lo se. El no tuvo tanta suerte como ella y no pudo disfrutar , supongo, de sus nietos.
ResponderEliminarSaludos .
Me gusta...y me dejas pensativa.
ResponderEliminarMádison:
ResponderEliminarSon placeres difíciles de encontrar... pero aún posibles en determinados sitios.
Saludos jazmineros.
"Es tiempo de nostalgia
ResponderEliminar¿Recuerdas?"
De vez en cuando regresamos a la casa donde transcurrió nuestra infancia y removemos nuestros recuerdos. Recorremos todas las habitaciones y nos tropezamos de nuevo con nuestros mayores. Por muchos años.
Un beso.
Todos guardamos recuerdos así y no sé como nuestras abuelas siempre están ahí.
ResponderEliminarBicos amiga.
me ha gustado este retazo...
ResponderEliminarAsí era el pueblo de mis padres. Y digo era porque la modernidad también llegó a los pueblos. Ahora, los que salían a tomar la fresca ya murieron de viejos o no están para tomar "frescas". En cualquier caso, no podrían: las calles están llenas de coches aparcados y no queda sitio para sacar la silla.
ResponderEliminarOh.. mi abuela y su loro pericles...
ResponderEliminarEvoca recuerdos, incluso sin tenerlos.
ResponderEliminarMe ha traído tu comentario recuerdos de mi niñez cuando hablas de tu abuelo escuchando el parte en la radio. En aquellos años - hace una vida - media España roja y media España azul escuchaba el parte de Radio Nacional y después con la radio bajita, se buscaba en la onda corta la voz llena de interferencias de La Pasionaria que lanzaba su "parte" allende los Pirineos. Los rojos la escuchaban porque les animaba el corazón, seguramente, y los azules la escuchaban por la curiosidad de ver que contaban al otro lado de Franco.
ResponderEliminarEste recuerdo de mi padre oyendo bajito junto a su radio de madera la voz de La Pasionaria la tengo grabada en mis cromos de la infancia.
Un abrazo.