Quería
que todo fuera distinto.
No
lo consiguió.
Porque
nada era diferente.
Todo
seguía lo mismo.
Salvo
el maquillaje.
Y
dejó a un lado la falsa modestia
Concentrándose
en sus errores y contradicciones
Tambaleándose
salió a la calle hasta llegar al cruce de la incógnita
Entonces su euforia se desplomó por completo.
Fotografía de Francesca Woodman
borronear el maquillaje...
ResponderEliminarNunca nada es diferente, doy fe.
ResponderEliminarCuando hay cambios no se debería comparar,o, como dice la cancion no se debería ir a los lugares donde uno ha sido feliz, se corre el riesgo de no encontrar lo mismo que en su día encontrastes.
ResponderEliminarSine nomine.
Excelente texto y excelente y grande Francesca Wodman.
ResponderEliminarPrecioso texto y excelente Francesca Woodman, felicidades por tu buen gusto.
ResponderEliminarSupongo que sin maquillaje queda al descubierto el espejo mental.
ResponderEliminarBreve y fuerte. Muy bueno,
Un abrazo.
la diferencia empieza por uno mismo, algo simple y pequeño aunque fuere. Despues llegan los cambios, en ocasiones tardíos y en otras acertados.
ResponderEliminarHola!
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Éxitos con tu blog.
Saludos
Cleofé
Muy ingenioso el cierre. Te felicito.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Efecto bucle..
ResponderEliminarNo, si la culpa es mía por ponerme a leer cosas como esta... Que luego se queda uno "desvencijado" (por no decir agrliflautado) tooodo el día....
ResponderEliminarClark k.