lunes, 5 de junio de 2017

Bajo el árbol de los Toraya.-Philippe Claudel

 En las montañas de la isla indonesia de Célebes vive el pueblo de los toraya, conocido por unos ritos funerarios que se prolongan durante varios días y congregan a toda la comunidad. Cuando un bebé muere, por ejemplo, su cuerpo se deposita en el interior del tronco de un árbol centenario que, poco a poco, lo envuelve y se nutre de él. Así, al crecer, el árbol conduce a los niños hacia el cielo, un símbolo escultórico mediante el cual se mantienen próximos los seres amados que ya no están.

El narrador de esta historia, un cineasta profundamente afectado por el fallecimiento de Eugène, su mejor amigo y confidente, descubre en los árboles de los toraya la síntesis del misterio de la vida y la muerte, como una llave maestra capaz de abrir ese recinto hermético en el que las personas escondemos las vivencias más íntimas. Asomándose al abismo de la pérdida, el narrador se encuentra, paradójicamente, cara a cara con la intensidad del amor, ese enigma insondable que nos liga al futuro mientras el presente desgarra nuestro ser.

Reconocida y celebrada en sus obras más emblemáticas —Almas grises, La nieta del señor Linh y El informe de Brodeck—, la prosa depurada, poética y luminosa de Philippe Claudel brilla aún más en este texto intimista, de gran hondura filosófica, que es a la vez un homenaje a la amistad y una oda a la fragilidad de la vida. Un viaje interior lleno de esperanza que nos invita a valorar la belleza que encierra nuestra efímera existencia.


 Este libro me ha sorprendido, quizá porque es distintos a los otros que ya he leído del  mismo autor. Para mi hasta la fecha el mejor es, Almas grises. Aquí a lo largo de las 200 páginastrata sobre  la muerte, hablar de la experiencia de la muerte es constante.
Intercambia en el tiempo los diálogos, es decir, a ratos habla en presente y otros  momentos habla de recuerdos. Me gusta el rato que habla de Milan Kundera.
Está narrado en primera persona y cuenta la historia de su amigo fallecido a causa de un cáncer de pulmón.Desde el momento de la muerta no cesa de hacerse preguntas, la mayoría sin respuesta, claro está. He anotado algunos párrafos. Me ha hecho recapacitar sobre cosas que ocurren a diario y si todo va bien pasan desapercibidas
Tres días después volví a Francia. En cuanto entré en casa, dejé la maletaen el suelo y me bebí un vaso de agua del grifo mirando a mi alrededor
Pág. 13
Olvidamos nuestra condición efímera mas nuestra vida transcurre bajo la mirada de aquella que nos olvidará.
¿Debemos incorporarla a nuestro día a día como hacen los toraya? ¿ Viven ellos mejor que nosotros?
Pag. 15
Cojo la fotografía a menudo. Miro a Gary en la cumbre. Le devuelvo la sonrisa. O me sonrío a mí mismo, a un ímismo lejano, que ya no está.
Pág. 37
Vivir consiste en ciertomodo, en saber sobrevivir y recomponer.
Pág. 39
No era una película. No era una historia destinada para vivir y permanecer. A veces,la ficción es más exigente que la vida.
Pág. 63
Alrededor de nuestras vida, flota un aroma de ausencias y presencias mezcladas
Pág. 64

 Título original: L'Arbre du pays Toraja
ISBN: 978-84-9838-782-7
Número de páginas: 176
Tipo de edición: Rústica con solapas
Sello editorial: Salamandra
Colección: Narrativa
PVP: 15,00 €
ISBN e-book: 978-84-15631-76-7
PVP e-book: 9,99 €

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