En momentos semejantes, uno deja de pensar y se limita a sentir. Con los párpados entornados, pensando en los recuerdos que poco a poco van recobrando vida. A cada minuto que pasa se hacen más y más vivos. Tal parece que a veces se nos para el corazon. El caso es que los hechos no siempre aclaran las cosas y con el amanecer terminan los sueños
Imagen de Omar Ortiz.
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