El día anda melancólico. Yo también. Aquí me hallo, inmersa en melancolía agradecida. Recogida entre pensamientos impacientes que me llevan ti a través de kilómetros de cielo y nubes. Noto la calidez de tu respiración que cae sobre mi nuca. Tus manos recorriéndome, y los labios buscando qué sé yo...
Y es que en la vida hay miles, millones de instantes con los que disfrutar, pero para yo poder lograrlo eres imprescindible en mi vida.
Qué texto tan delicado...
ResponderEliminarHoy aquí después de la gota fría, hace un día de sol, ya veremos como termina.
Besicos, amiga.
Pues por aquí no para de llover..., hace un día para recogerse,abrazarse, acurrucarse, y mirar por la ventana.
ResponderEliminarPrecioso y breve, Madi, pero grande en sentimiento.
Un abrazo.
Compartimos lluvia, lo sé.
Pues por aquí ha llovido hasta ser un desastre, pero al final han podido continuar con las fiestas que se celebran de cartagineses y romanos. El otoño nos empuja a la nostalgia, y duele más lo que se ama y está lejos, o lo que no está ya. Un beso.
ResponderEliminarCabopá qué tal. El sábado terminó igual que empezó, pero sin viento.
ResponderEliminarUff qué mal día por dios, me pasó de todo.
Mil petons
Así es Angela, compartimos lluvia, entre otras cosas eh?
ResponderEliminarY sí, esos días son para recogerse y disfrutar de mantita y sofá. Pero yo trabajé, y me mojé, y me costó horrores encontrar aparcamiento, y, grrr...fatal
Un beso guapa
Inti, qué alegria saber de ti tras tanto tiempo.
ResponderEliminarTú entiendes de nostalgias y pérdidas amadas, lo sé.
Espero que estés bien y que hayas disfrutado de lo lindo con las fiestas.
Un beso enorme
Todos los estados y sentimientos son esenciales en la vida. También la melancolía. Son diferentes aspectos de nosotros mismos que, en algún u otro momento ,deben verse comprendidos y aceptados.
ResponderEliminarLa lluvia ayuda, sí. Yo, cuando llueve, suelo ser feliz.
Ese sábado, el 29, salí a buscarlo, y lo encontré en un paisaje de lluvia constante. Ni por un momento dejó de llover, ni por un momento me abandonó. Sólo el agua me trajo su recuerdo.
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