Sarah y Henry son un matrimonio que mantienen una covivencia pacífica y aburrida hasta que en sus vidas aparece Maurice, se hacen amigos los tres pero éste y Sarah se enamoran y se convierten en amantes.
Todo parece ir bien, pero Maurice es un hombre celoso y desconfiado que ve el mal allá donde no existe. Porque según él...Los celos, o tal he creído siempre, existen sólo con el deseo....
Esto hace que la relación, a pesar de su amor, se deteriore al cabo de un tiempo, pero antes hay un momento que Sarah le dice...No debes tener esos temores. El amor no termina simplemente porque uno no vea al otro
Dejan de verse, han transcurrido dos años,Henry va al encuentro de Maurice y le confiesa su preocupación por Sarah, según él, el carácter de ésta ha cambiado sustancialmente además de actuar de forma extraña.
Maurice decide acudir a un detective para que investigue los pasos de Sarah, a partir de ese momento el narrador nos va contando la historia desde que se conocieron y lo que vivieron.
Porque..Cuando uno es feliz, puede soportar cualquier disciplina; la desdicha, es lo que altera los métodos de trabajo….
Aunque reconozco que es una buena historia muy bien escrita, yo no he llegado a implicarme con los personajes. A mi parecer, a, Sarah y Maurice les falta exteriorizar más su pasión, que la hay pero no me agrada como la manifiestan, éste es un escritor mediocre que no ha publicado nada extraordinario hasta el día de hoy, es posesivo y desconfiado, y Sarah es una blanda y una cobarde que a pesar de no estar enamorada de su marido no se atreve (o no le interesa) abandonarle, puesto que él es un alto cargo del gobierno y viven en la abundancia, entre fiestas y recepciones oficiales., un día sin dar ninguna explicación desaparece de la vida de Maurice.
La tercera parte del libro se compone de los diarios de Sarah, me ha parecido
impresionante, la manera tan fresca y natural de plasmar sus
sentimientos, sus temores y su infelicidad... es la parte de la historia que más me
ha gustado
Pero he echado en falta saber más sobre la niñez y procedencia de Sarah y su madre.
Y en este triángulo creo que el triunfador, si es que existe alguno, es Henry, un hombre apagado y soso, pero que a fin de cuentas ha vivido a su manera, sin cambiar ni un ápice su vida. Sarah ha estado a su lado siempre, sin incordiarle ni exigirle. Dos compañeros que se necesitan uno al otro y se tienen aprecio.
Sobre esto, hay una anotación en el diario, Sarah escribe una conversación que una mantuvo con su marido:
En una ocasión le pregunté:
-¿Has tenido alguna vez una aventura con alguna de tus secretarias?
-¿Una aventura?
-Sí, una aventura amorosa-
-Pues claro que no. ¿Qué es lo que te hace pensar ese disparate?
-No sé. Pensaba, simplemente.
-Nunca he querido a otra mujer que tú-replicó, poniéndose a leer el periódico vespertino.
No
pude menos de preguntarme si realmente mi esposo sería tan poco
seductor que ninguna mujer se había sentido atraída por él. Excepto yo,
naturalmente....
!Que cierto!..
ResponderEliminarUna al final se siente un poco decepcionada...desabrida..Y no sabemos bien diferenciar entre la suerte de ser tan importantes y exclusivas a un hombre, o sí es porque hemos sido tan torpes de ir a fijarnos en hombres que ninguna otra se fijaría..
Mis saludos Madison....
Hoy he vuelto a ver El tercer hombre. Ya no se hacen películas así. Tampoco novelas.
ResponderEliminarUn saludo
mm a ver cuando llego a ese diario... buena reseña Madi!
ResponderEliminartengo abandonado a este escritor, tendre que rescatarlo, me gusta el fragmento que nos has dejado.
ResponderEliminarbesoso madi
Qué buen fragmento has elegido.
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