Y no es que no tenga cosas por decir, que las tengo y muchas, pero no sé como plasmar sobre el papel todos esos pensamientos que vagan por mi mente, mil temas distintos están ahí ansiosos por salir, buscando ser libres, pero no hallan el modo de alcanzar la ansiada libertad.
Me gustaría escribir sobre la alegría que me produce la inminente llegada de una personita a nuestra familia. También sobre la felicidad que me invade observar la trayectoria de mis hijas. Quisiera encontrar las palabras adecuadas y contarte a ti lo que ha significado tu llegada a mi vida.
Describir por ejemplo, el día de hoy, el color del cielo, cómo siento en mi piel la caricia de la brisa matutina, el sonido de las olas, o la ternura que me produce ver cada mañana al mismo viejo sentado en el mismo banco, solo, con mirada ausente y expresión lejana con la marca de los años en su cuerpo y sobre todo en su rostro surcado de arrugas
Pero no sé cómo hacerlo y aunque mi cabeza bulle, me quedo aquí sentada y quieta ante el ordenador, frente al teclado, los dedos suspendidos en el aire y de tanto en tanto, pesadamente los dejo caer sobre alguna letra formando frases con poco sentido.
Escribo poco y mal, por momentos cosas incoherentes. La mayoría de veces cuando releo lo que escribo lo borro porque noto una sensiblería exagerada, y siento algo d everguenza, pero es que a fin de cuentas pongosobre el papel (la pantalla en este caso) tal como y como lo siento. A fin de cuentas creo que solo se escribir de nada
Pues para no saber hacerlo (dices) lo haces bastante bien, eso sí, repasa, que como se le ocurra a la jefa pasarse por aquí te va a tirar de los pelos.
ResponderEliminarA veces es difícil encontrar esas palabras que definan el estado de ánimo, y nos limitamos a tragar saliva y a mirar al cielo. La belleza nos sobrecoge y nos sabemos pequeños, minúsculos ante ella, pero es de valientes, como tú y como yo, armarnos de valor y agarrar el bolígrafo. Oye, que no lo hacemos muy mal. Ea, Madi, un beso.
El caso es escribir, Madi. Que juzguen otros. Te lo digo y me lo digo, porque somos nuestros peores jueces.
ResponderEliminarUn beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPero aun escribir de nada ya es mucho, Madison. Una letra y después otra para trenzar una red con que atrapar lo que no se puede ver, ¿te parece poco?
ResponderEliminarUn beso
Angela tú escribes genial con una fluidez y riqueza de vocabulario que ya quisiera yo...
ResponderEliminarotro de tantos fallos, no acostumbro a repasar, o al menos no lo suficiente.
Un beso
Yo borro más que escribo Isabel, empiezo bien, pero luego me lio!!!!!
ResponderEliminarUn beso
Creo que solo sé escribir con la imaginación, mientras conduzco por ejemplo, en el trayecto la mente no para y oye, me sale genial, pero luego al llegar e intentar escribir todos esos pensamientos me resulta imposible
ResponderEliminarAinss...
Un beso Daniel
Haz como yo Madi, lleva siempre hojitas de papel en los bolsillos y un boli, y cuando lleguen las musas escribe lo que puedas cazar en ese instante, luego se trata de hilarlo. Y no seas modesta, que te he leído cosas preciosas. Los elogios me los quedo, pero a cambio de un beso muy fuerte.
ResponderEliminarMe encanta en tu texto ese aire de "Bebé Rocamadour, bebé", de la carta de la Maga a su hijo, en Rayuela. Ese no saber decir pero estar diciéndolo, como aquel no saber sabiendo de San Juan de la Cruz. Y es que escribiendo de nada hemos escrito de absolutamente todo. Un saludo.
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