Willy Ronis
Salí algo tarde del trabajo, estuvo lloviendo con la misma intensidad durante todo al día, de regreso a casa la oscuridad era ya absoluta. En estas fechas anochece muy temprano y apenas se ve gente por la calle.
Antes de salir y cerrar la puerta me abotoné la gabardina y cogí el paraguas. El tacón alto de las botas de piel negra,resonaban de una forma algo exagerada entre la oscuridad y el agua acumulada en el suelo, de pronto algo llamó mi atención. Me detuve por un momento y escuché unos pasos que se acercaban y que sonaban distintos a los míos. Eran algo mas sonoros y se escuchaban con mas fuerza.
Me asusté un poco. Se oyen tantas cosas…así que me mantuve quieta ante un escaparate que reflejaba mi figura y la del paseante anónimo que se acercaba cada vez más al punto donde me encontraba. Esperé a que me adelantara y cuando estaba algo alejado de mí reanudé mi camino.
Cuando llegué al final de la calle giré a la derecha y con gran sorpresa para mi allí estaba él, delante de mí caminando muy despacio.
Quise adelantarle, aligeré el paso, pero al cruzarme con él noté la tibieza de una mano que agarraba mi brazo, levanté la mirada, con los ojos y la boca abierta.
No sé cuanto tiempo permanecimos parados y silenciosos. Los dos con la misma mueca sonriente en el rostro. Uno frente al otro.
Pero recuerdo que me dijo “Creo que los dos vamos por el mismo camino”. No me incomodó. Sorprendentemente me equivoqué al pensar que durante todos aquellos meses en que diariamente coincidíamos a la hora y en el lugar del primer café del día yo era alguien invisible para él.
Ahora los pasos tenían el mismo sonido. Igual ritmo. Llevábamos el mismo camino, pero hasta ese día yo no lo sabía.
Creo que tambien estuve alli, en la otra acera, sin paraguas, no me vistes pero al leer este relato con tantos destalles de seguro que estuve.
ResponderEliminarNo siempre somos conscientes de lo que nos rodea.
ResponderEliminarBonito relato. Un abrazo.
Me ha recordado ligeramente una canción de La buena vida que se titula "Te vi"
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=kHkS09nv9nk
Muy bonito, la lluvia reviste de romanticismo todos los relatos donde aparece, pareciera, ¿no crees?
¿Y fue el comienzo de algo? Me dejas en ascuas. Aunque yo lo imagino así. Me ha encantado la entrada y el relato.
ResponderEliminarUn besito.
Isabelnotebook
Me pareció verte Espinar, así que eras tú...
ResponderEliminarGenial!!
Roberto cuanto tiempo! me alegro mucho de verte aquí
ResponderEliminarUn abrazo
Nadja, me paso por tu blog
ResponderEliminarUn abrazo
Por supuesto que lo creo Explorador, y oye muchas gracias por el enlace de la canción, no la conocía y¡ me encanta!
ResponderEliminarUN abrazo
La vida es una constante sorpresa Isabel, así que vete tu a saber lo que sucederá.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tus palabras
Ten cuidado. De esos ligues callejeros no hay que fiarse demasiado y además, casi todos terminan tarde o temprano con esas caústicas palabras: "¡....y a tí te encontré en la calle!"
ResponderEliminarMe gustan las fotografías de Willy Ronis. No lo conocía así que, gracias por la información.
Un abrazo.
ya ni vemos el camino, ni sus transeúntes, tan locos andamos con nuestros propios sonidos
ResponderEliminarjajaja presley a estas alturas de mi vida estoy empapada de escepticismo, casi nada ne afecta.
ResponderEliminarGenial que te haya gustado la fotografía.
Un beso
De vez en cuando es bueno hacer un alto en el camino y observar a quienes nos rodean, quizá nos llevamos sorpresas agradables.
ResponderEliminarUn beso Tara