lunes, 6 de junio de 2016

Los peces no cierran los ojos.- Erri de Luca

«Nacer y crecer en Nápoles agota el destino: vaya uno donde vaya, ya lo ha recibido como dote, mitad lastre, mitad salvoconducto.» Un hombre recuerda el verano de sus diez años en un pueblo costero cerca de Nápoles, los años en que se anhela un futuro desde el que sólo se puede mirar atrás. Entre la pesca y los libros, los paseos en solitario y los encuentros con los muchachos del barrio, transcurren sus días, hasta que conoce a una niña sin nombre que le descubre el peso de palabras como amor o justicia.    A los diez años, la edad se escribe por primera vez con dos cifras. La inquietud y el deseo de crecer son más fuertes que la apariencia física; torpe cascarón el cuerpo infantil. Y permanece intacta la necesidad de protección que cura el calor de las historias familiares, la presencia de una madre y el contacto de la mano amiga.   Nombrado escritor de la década por el Corriere della Sera, y galardonado con los premios France Culture, Femina Étranger, Laure Bataillon o Petrarca, Erri De Luca es uno de los autores italianos más leídos y admirados en más de veinte países: «El único escritor auténtico que por ahora nos ha dado el siglo XXI», Corriere della Sera. Su última novela, Los peces no cierran los ojos, lo ha encumbrado de nuevo entre los lectores y la crítica: «Un pequeño milagro», L’Unità; «De Luca nos cuenta qué es crecer con la cruda sensibilidad de la que es un gran maestro», Il futurista.

Leer a Erri de Luca es sinónimo de disfrutar  a medida que pasas las páginas te adentras en su mundo que con una naturalidad increíble nos incluye hasta sentir que formamos parte dél.
Aquí cuenta la historia de un verano, desde el punto de vista de un niño, y a la vez con la nostalgia que produce el paso de los años.
Quién no tuvo un verano de su vida? Una época de descubrimiento, de asomarse a la vida, experiencias inolvidables..
Es una lectura muy recomendable, de hecho cualquier libro de Erri de Luca, lo es.
Y aquí dejo algunos párrafos que me han parecido interesantes a la vez que apropiados.
"Me observó divertida. Yo la miraba.
-Cierra de una vez esos ojos de pez.
No podía. Claro, los párpados pestañeaban, pero no por voluntad mía. Quería grabarme su cara en la retina, me hacía falta mucha luz"
"Antes de la despedida es costumbre intercambiarse direcciones  promesas de escribir Nos dijimos nosotros 
- No nos arrastraremos tras una promesa para traicionarla. Sabemos perfectamente que no volveremos a vernos. Y si ocurre, seremos diferentes y no nos reconoceremos. Cambiaras de forma y de voz, los ojos de pez no, quizá te reconozca por ellos.
Hoy sé que aquel amor cachorro contenía todos los adioses siguientes
...la primera noche, desconocida, les pareció  a ellos el resto del día primero, desmigajado en puntitos de luz. No sabían si regresaría el sol, de modo que se abrazaron  Las bocas se vieron juntas e inventaron  el beso,el primer fruto del conocimiento  Era mercurio, aquel conocimiento, un líquido sensible a la temperatura de los cuerpos.Sé de esa primera vez porque tuve yo también aquella hora en la boca, en un instante idéntico al de ellos, sobre una arena de playa, con el cielo descubierto sobre la cabeza."
 "En mi estantería hay ahora un libro de Pratolini, Oficio de vagabundo. Una fecha, 18/1/50, y una dedicatoria de papá mamá por sus veinticinco años. Llevaban cuatro de casados. Se amaban, los dos, se regalaban libros. Ella estaba embarazada de mí. La fecha de la dedicatoria denuncia mi i intrusión en sus vidas. Se las obstaculicé cual extraño.Querían un hijo, me tuvieron a mí. Ellos son mi gente, pero yo fui  poco y mal la suya"
"Había fallado. No había sido quien exijo ser. Me exijo a mí mismo y me consterno al encontrarme escaso"
"Hay en el cuerpo nieve que no se derrite en ningún  Ferragoso  permanece en el aliento como el mar dentro de una co cha vacía. No maldigo esa  nieve que me embutía los oídos."
"Saldría una tarde por la puerta cuya llave no tuve nunca. Cerré despacio y bajé los más hondos escalones  de mi vida, que no volvería a subir par palpitar de nuevo."

domingo, 22 de mayo de 2016

Tus dos nombres.- Roberto Villar Blanco

Durante los primeros años de la última dictadura militar en Argentina (1976-1983), en nombre del llamado Proceso de reorganización nacional, cientos de niños fueron arrancados a sus padres -y aun del vientre de sus madres- y entregados a oficiales del ejército. Esta novela cuenta la historia de una de esas niñas quien, como todos aquellos robados por entonces a sus progenitores, tiene dos nombres: el que le dieron sus padres biológicos, y con el que la bautizaron sus padres "adoptantes".
Salma y María son la misma persona. Aquella niña, que ahora tiene veinte años, decide hurgar en su pasado y completar su dolorosa historia vital. Sabe que tuvo otra familia. Y quiere conocerla. Le pese a quien le pese. El viaje que emprende la lleva desde Buenos Aires, ciudad que la vio nacer, a la mágica Galicia profunda, tierra de sus ancestros. Allí procurará cerrar viejas heridas y abrir nuevas puertas a la esperanza, el perdón y el amor.

Me ha sorprendido gratamente, porque no es solo la historia trágica y triste ocurrida en una época determinada.
Me ha encantado la manera que Roberto retrata a cada personaje, sus carencias, sus anhelos... 
E
El descubrimiento e iniciación al amor. La primera vez. La primera entrega. Recíproca. Mútua. Irrepetible
El olor renovado, como dice un párrafo del libro. " Se amaron sin recuerdos"
" Entró en Maria sin esperar a nada. Nadie en ese amanecer confundió el grito entrañablede esa mujdr con otra cosa que no fuera goce remoto vomitado desde las tripas."

El amor muerto o dormido que se sostiene en el aire viciado de una habitación, que a veces resulta asfixiante

 " Ella, su esposa, había muerto en muchos sentidos para él dezde hacia años. Cuando la nieta nació tuvo restos de amor para salpicarla, amor novedoso, resucitado. Cuando todos ellos fueron desaparecidos, sólo tuvo fuerzas para armar repisas de madera con las que homenajear a los ausentes. No hubo más que dejadez, pesadez y silencio para ella. Una casa. Enjaulados."

El amor prohibido y  oculto como el de Josefa y Adela. Pero eterno y verdadero
Todo sabe. Porque hay coas que no pueden permanecer calladas toda una vida. Necesitamos saber. Quienes somos,  de donde venimos. Cuanto más tardemos en saber, mas grande será la angustia creando secuelas irreversibles.

"Un secreto siempre está destinado a desvelarse. Dejar que el corazón sienta lo que quiera."

La emoción traspasa barreras y deshace planes.
"La abuela dio comienzo a un encuentro olvidando los planes: las lágrimas no se prevén."

Me ha recordado a Lobo Antunes por la forma en que está escrito. El uso de frases breves. Siempre he admirado esa manera de expresar todo en tan pocas palabras.
He sentido pena por la madre de Maria. Repulsa hacia el padre. Y admiración y respeto por Bea, la abuela valiente y dispuesta a todo. Desde su ignorancia y sencillez no le importa ir a la otra parte del mundo para que Salma conozca su procedencia. Sin odio. Por amor y respeto en memoria de los suyos. Sus desaparecidos. De manera tan injusta. Por tener unas ideas, unos ideales.
Pero me gusta mucho que en ninguno de los personajes haya odio ni deseos de juzgar.

A mi entender una lectura muy recomendable.
Felicidades, Roberto Villar​

viernes, 6 de mayo de 2016

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Si fuera una descarada
Te contaría con todo tipo detalle
La conmoción que producen en mi cuerpo
Cuando llegas y dejas caer sobre mi
tus manos arrebatadoras e incendiarias
Y te diria que ojalá tuviera la facultad
De reproducirlas mil veces
Y disfrutar de mil manos tuyas
Pero voy a hacer caso omiso de todo
Soñaré con el aliento de tus manos
Cuando las dejes caer sobre mi nuca

Imagen de Helmut Newton

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 Y ahora
vengo como lo hizo Hansel sobre las piedras iluminadas por la luna
recorriendo el sendero de nuevo, recogiendo botonespara acabar en una estación con corrientes de aire y luz de lámparas
cuando los trenes ya se han ido, las vías húmedas
desnudas y tensas como yo, todo atención
por si tus pasos me siguen, pero antes muerto que mirar atrás.

Seamus Heaney

Imagen de Albert Renger-Patzsch