sábado, 25 de junio de 2011

Ralentizándome



Hace un tiempo, cuando alguna situación me desbordaba o cuando alguien venía a mi con la intención de dañarme, me indignaba. Reaccionaba irritada, hasta ponerme o rebajarme a su mismo nivel, eso ya pasó y por suerte he aprendido a contar hasta tres o si hace falta hasta diez antes de responder o reaccionar. Observo y escucho con la mayor calma posible, al menos aparentemente. Con el transcurrir del tiempo he podido comprobar que cada uno tenemos lo que merecemos y que la ira o el malmeter se vuelve en contra de quien utiliza esos métodos para obtener lo que persiguen a cualquier precio.
Aún así, reconozco que cuando me encuentro en alguna de esas situaciones que he descrito anteriormente el corazón se me acelera, pero mi estado de ánimo se ralentiza. Mi cerebro se torna lento y no consigo despojarme de la tristeza que se abre camino en mi interior, noto que un manto espeso, tupido cae sobre mí. La claridad se ve envuelta en niebla. Ya no hay blanco o negro o colores alegres, lo que yo veo a mi alrededor son gama de grises. Los motivos se amontonan entre personas tontas que dicen cosas tontas.

Metamorfonseándome dejo a un lado el hastío y el tedio que me producen las discusiones sin sentido que acaban hartando, y que llegado a un punto no se cuando empiezan ni cuando terminan, como tampoco sé el motivo que ha desembocado tal discusión.
Basta ya de complicar lo sencillo.

Fotografía de Bogna Kuczerawy

miércoles, 22 de junio de 2011

Sea pues


Esta tarde he estado pensando en cosas, algunas venían a cuento, y otras no. De todos modos han sido cosas buenas. Cosas que tan solo afecta a nosotros dos, sin dejar cabida a nadie más. Y pensando, pensando...he alcanzado a comprender algunos porqués, que de vez en cuando, sobre todo en ratos de soledad me corroen por dentro. Como no tengo secretos para ti, seguidamente te dejo constancia de mis porqués y sus respuestas.

Porque eres capaz de sacar brillo a mi oscuridad
cuando me acaricias sin tocarme, tan solo con tus ojos.
Porque me gustas hasta rozar la médula
y eres tierno, elegante y sensual con las palabras que usas para amarme.
Porque me has enseñado a perderme en ti
y al cubrirme con tus brazos remontas mi ánimo suavemente, sin importar lo decaído que se halle en ese momento.
Porque estar contigo es un resurgir diario.
Porque me enamoras.
Porque es fácil quererte.
Porque sabemos que aunque distorsionada, la realidad no deja de ser hermosa.

Fotografía de Bogna Kuczerawy

viernes, 10 de junio de 2011

Benjamín Prado


Una noche te dije...

Una noche te dije: -Quien no tiene secretos
nunca tendrá piedad.
Llovía, pero abriste una ventana.
La tormenta era azul dentro del bosque.
La mancha roja de las rosas
se extendía
por el corazón de los jardines.
y el mundo era un mundo de otra época:
como la vez que estábamos en una casa abandonada
viendo un incendio antiguo.

De "Asuntos personales" 1991

Fotografía de Yuri Bonder

miércoles, 1 de junio de 2011

Peso



Tirar la toalla , como qualquier otra cosa no se debe hacer. Está feo, eso es algo que me eseñaron desde pequeñita, otra cosa es que una no pueda sostenerla, porque en el transcurrir de los días ha empapado tanto que el peso es desorbitante.
Bien. La aparto, dejo que repose y cuando su peso sea leve, el justo para mi aguante vuelvo a ella. Si ella quiere. Y si no, no pasa nada. Quizá no necesito una toalla. Quizá lo soñé, me gustó y me empeñé en convertir real algo que no es.

Fotografia de Theo Jansen