domingo, 1 de agosto de 2010

Sonidos cómplices


Fotografía de Abelardo Morell

La noche posee sonidos propios, únicos y distintos a cualquier otro momento del día
por eso, en verano, me gusta dormir con la ventana abierta.
Tras asearme como cada noche, me deslizo en la cama entre las sábanas blancas de algodón
mientras espero a que el sueño se apodere de mi ellos me hablan entre susurros y silencios.
Yo les escucho y mientras lo hago sonrío al oír sus ocurrencias, cuando se dan cuenta de que estoy dormida desaparecen, salen por la ventana abierta de la misma forma que minutos antes entraron, a veces pienso que en realidad se trata de fantasmas de algún pasado lejano y desconocido, pero que por algún motivo que todavía no he llegado a comprender desean hacerme cómplice de ellos, a mi no me molesta en absoluto.
A esta hora de la noche el viento que entra es caliente, pero hacia la madrugada paso frío, a esa hora me levanto, cierro la ventana y corro los visillos.
Una vez más, pero siempre distinto

11 comentarios:

  1. La puerta de mi terraza está abierta todo el año, invierno y verano.
    Los sonidos de la noche son diferentes en cada época y lo más bonito o triste según te estado de ánimos es escuchar el amanecer de cada día...
    Un bico

    ResponderEliminar
  2. Los Fantasmas nos rodean y nos hablan a todas horas, pero hacemos tanto ruido que, sólo en el Silencio de la Noche, somos capaces de oírlos.

    Un Beso Nocturno, Madison... Y espero que tus Fantasmas te acompañen muchas noches. Ya nos contarás qué te dicen.

    ResponderEliminar
  3. Esos rituales del sosiego son maravillosos. Los asimilamos al verano, al tiempo libre, al día largo...

    ResponderEliminar
  4. hay lugares donde hasta los sonidos quieren hacer noche...
    besitos.

    ResponderEliminar
  5. Los sonidos durante la noche me producen una sensación triste, en sí no me gustan..

    ResponderEliminar
  6. A mi me gustan los sonidos de la noche en medio del campo, para poder escuchar a todos esos animalitos nocturnos como si fueran una nana.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  7. Los sonidos más atronadores, son los que nos salen del alma o de las tripas. Y es curioso por la noche se oyen más.

    Besos de los que suenan, muak, muak

    ResponderEliminar
  8. Es que hay menos ruido y se oyen hasta los pensamientos.. jeje..

    ResponderEliminar
  9. Los sonidos de la noche. Maderas que crujen, niños que parecen llorar, agua que cae gota a gota, una puerta entreabierta que se cierra lentamente, una estantería que llama nuestra atención para que cojamos 'ese' libro. Forman parte de nuestra vida y varían con los edificios.

    ¿Recuerdos perdidos? ¿Fantasmas? No sé. Soy un gran trasnochador y nunca me topé con ninguno (de momento), aunque siempre voy tan ocupado que tendría que decirle: "mira, ahora no, quedamos mejor para mañana".

    Un saludo, Madison, y a disfrutar de lo que nos susurren estas calurosas noches de verano (si el aire acondicionado nos permite oírlo).

    ResponderEliminar
  10. Tengo un hermano mayor que acaba de es estrenar los 40 ,desde sus 20
    más o menos tenemos una discusión sobre que es exactamente lo que cantan los grillos, el asegura que siempre cantan blues yo digo que a veces blues y que a veces bossa nova...a mi también me encantan los sonidos de las noches de verano. Un beso, Madison

    ResponderEliminar
  11. ¡Sí! Sobre todo las casas antiguas: la madera, la pizarra... Sonidos complices, pero esos nunca se van por la ventana.
    Por cierto, para alma: ¿Los grillos, bossa nova? ¡Aquí, en la buena temporada, hacen punk rock!
    Saludos

    ResponderEliminar