lunes, 4 de enero de 2010

Tu carta

Esta mañana después de recibir tu carta he quedado pensativa, feliz, contenta; ha sido una carta muy berve, escueta, pero a mí me ha parecido inmensa, intensa, simpática, interesante y ante todo importante...es posible que te preguntes a qué viene tanto interés; pués mira,es fácil de explicar, cuando pasa tiempo sin saber de álguien que te importa crees que se ha olvidado de ti. Cada dia que pasa te dices ...quizá debería escribir yo...o quizá mejor no, puede ser que ya ni se acuerde de mi y si le escribo molestaré o bien responderá simplemente por educación.

Pero no es ese nuestro caso, esta amistad está por encima de muchas cosas ¿no crees? y ¿sabes por qué?....sencillamente porque es amistad de verdad. Amistad con mayúsculas.Es cosa extraña algunas amistades, pero existen y las personas que tenemos la suerte de poseerla debemos aprovecharnos de esa suerte y gozar con toda libertad de ella, no importa distancias ni situaciones.

4 comentarios:

  1. La hora de la mañana invitaba a despertar el silencio de la calle. Apenas se oían les desliz de sus pasos, ahogados por la escoba de mimbres y el riego del empleado municipal.
    El hombre solitario, seguía la sombra de ayer, cuando el barrio era silencioso en todas sus horas.
    Cerró la carta, recordaba que al final de la calle Argentería en el cruce con Sombrerers permanecía inmóvil ese cilindro ancho de boca donde depositaria la carta para Ella.
    Su sombra giró a la derecha por calle Vidrieria, saliendo a la calle Esparteria, al paso por esas callecitas, se alimentaba de sus voces infantiles y primeros escarceos juveniles, las voces vecinales y las tiendas desprendiendo el olor de sus productos: bacalleria, vaquería, pescadería, cosedoras, curtidores de la piel….
    Al llegar a la calle del Comercio, se vio a si mismo saliendo del viejo cuartel de San Agustín saltando sus cuatro escalones de golpe y abrazarse a Ella, que esperaba, en el frío Enero, de pie junto a la puerta cual centinela del momento, el resultado destinatario en defensa de la patria.
    Una pequeña brisa pasó la hoja de sus ojos borrando la imagen de aquel abrazo, de aquel beso inacabado firmado por sus lenguas.
    Atravesó la curiosa plaza de Las Ollas, quiso comprobar si el tiempo había borrado el corazón tallado a navaja con sus iniciales en la pequeña fuente frente a la calle de las Damas.
    Una súbita alegría desbordó el hallazgo. Hacía algún tiempo que no sabía de Ella. Tan solo hace 8 minutos, le había enviado una carta. Ahora, frente a esa callecita, junto a la vieja fuente había marcado su número de teléfono, quería contarle el descubrimiento, quería decirle que estaba aquí, con Ella como aquel año que, entre palabras en grito, alegría destinataria y besos escondidos.
    Después de esperar 6 tonos en el número marcado, entendió que ese número, el marcado, estaba obsoleto, desfasado, antiguo.
    Volvió sobre sus pasos, refugiándose en el café Ribera. Sobre la mesa, extendió unos folios, comenzando a escribir la carta sin voz.

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  2. Fantástica carta!!!
    Además de encontrarla preciosa, como conozco la zona descrita mientras leía me paseaba.

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  3. El transcurso del tiempo sin dar noticias, no necesariamente implica olvido. Como tu bien señalas, a veces son las mismas dudas de quien espera recibirlas, el no saber la reacción que producirá.

    Pero efectivamente,como añades también, hay amistades por encima de la ausencia.

    Buen texto y buena descripción has hecho.

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  4. Cierto Gaviero, hay amistades que llegan o se forman entre dos personas de forma insospechada, pero que te hace sentir bien, muy bien. Porque sabes que es verdadera y eso no necesariamente implica el conocer fisícamente a la persona, o verla a diario.
    Lo sabes. Por lo que esa persona desprende, sabes que poco a poco empieza a formar parte de nosotros mismos.
    Un abrazo y portate bien.

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