sábado, 31 de mayo de 2008

Maravillosa Madre

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 11-Abril-2008

Querida y maravillosa Madre:

Gracias por ser la number ONE, por ser la luz que guía a esta inmensa familia que es fruto de tu vientre, por tu fuerza y serenidad en los momentos más difíciles y trascendentales de la vida, ahora y siempre, por tus croquetas de huevo, por la alegría y entereza que demuestras cada día, por tu ternura y tu generosidad con todos nosotros, por tu hospitalidad siempre, porque nunca te olvidas de nuestros cumpleaños y Santos, por tus continuos desvelos y oraciones por el alma de los que desgraciadamente ya se nos han ido y a quienes algún día veremos, por tus maravillosas anécdotas que tienen la magia de suceder nuevamente cada vez que las recordamos, por ser capaz de transmitirnos siempre tus alegrías, por tu risa … pero también por tu llantos cuando reconfortan, por los “dos corazones” y los “seis treboles” que son tus hijos, por hacer que nos sintamos tan importantes cuando los demás nos hablan de ti, por tu humildad que te hace más grande aún, por hacer que la casa de San Carlos sea la de todos nosotros, por tu clase y por lo elegante que eres, por las empanadillas de bonito y el arroz con tomate, por ser la mejor esposa para nuestro queridísimo Padre que ya se fue, por tu sentido del humor …, en fin, gracias por ser el mejor ejemplo para tus hijos y para los hijos de tus hijos y los hijos de estos -que ya hay muchos y por los demás que vendrán-, gracias Madre por ser como eres, por haber creado una enorme “familia” tan unida y hacer posible que cada vez que pensamos en ti salga lo mejor de cada uno de nosotros.

Iván
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3 comentarios:

  1. Iván, releer tus cartas así una tras otra ha sido una experiencia especial; me he reído, me he emocionado y vuelto a reír. Gracias.
    No dejes de escribir, por favor.

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  2. Lo mismo te digo, ahora que conocemos tus cartas haz el favor de cotinuar

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  3. Ay, no sé si volver por aquí, que cada vez que vengo me hacéis llorar. Qué bien escribís, mecachis!

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