miércoles, 7 de mayo de 2008

De regreso

[por Gaviero]

Queridos tertulianos:
Por fin he regresado a este café encantador. Me ha sorprendido ver lo concurrido que está últimamente; la verdad es que es un lugar acogedor, perfecto para compartir tanto cartas como experiencias.
He vuelto a ocupar mi mesa preferida, la del rincón, justo la que está debajo del espejo y aquí, sentado con la espalda pegada a la pared, lo primero que he hecho es cerrar los ojos y disfrutar unos instantes de la suave música de fondo del piano. La tarde es soleada, un halo de luz que penetra entre las lamas de la persiana semibajada, mantiene en suspensión miles de pequeñas partículas en una danza mágica y constante. Me entretengo en encontrar un sentido a las caprichosas formas que la imaginación permite adivinar.
Poco a poco, me dejo envolver por la calidez del ambiente, por el murmullo apenas perceptible de las conversaciones en voz baja; ¿qué secretos se estarán compartiendo? ¿qué confidencias? ¿cuantas sensaciones y sentimientos?
El tibio aroma del café recién molido se esparce por todas partes, añadiendo un nuevo placer a los sentidos. Empiezo a reconocer las caras de los viejos amigos, nos saludamos con un leve movimiento de cabeza; parece que nadie estamops dispuestos a romper el hechizo del momento, de dejar de saborear la tranquilidad, la calma, la sensación de paz. Ya habrá tiempo para los saludos, los reencuentros y los abrazos.
Por fin estoy en casa, así al menos me siento, la verdad es que he echado mucho de menos esta sensación. Bueno, habrá que comenzar la actividad, son muchas las cartas pendientes de leer, los saludos a los amigos y tertulianos, las misivas que tengo que empezar a redactar, así qué, a trabajar.
Gracias a todos por crear y mantener este remanso en la agitada vida cotidiana. Un abrazo.

4 comentarios:

  1. Sientate, ponte cómodo y ahora dime qué tipo de café prefieres.
    Lo preparo y hablamos, despacio y de forma agradable vale?
    Qué ganas tenía de tenerte cerca.
    Madi

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  2. Café solo y muy cargado. Un verdadero placer volver a estar juntos, tenemos horas, días, todo el tiempo para hablar. Gracias por el recibimiento.

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  3. Te he observado desde detrás de una pila de libros, indecisa; acaso no me reconozcas. El otro día pasé por delante haciéndote un gesto tan leve que no has podido verlo, pero hoy no me resito a salir otra vez sin saludarte: me alegra verte por aquí.

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